Una Mudanza de Cojones

NUEVA WEB DE ELIXISTV
un blog de ELIXIS TV
Si mi retorcida memoria no me falla he vivido con la misma esperanza dos procesos de diálogo, dos procesos con colores políticos bien diferenciados. En ambos casos la noticia de una tregua, permanente, indefinida, en cubierta, calificada al gusto del intérprete, la he recibido con una alegría contenida y esperanzadora, con una sensación de cautela y sin miedo a equivocarme por haber tenido esperanza.
Cuando se cierne sobre esta atormentada sociedad tal oportunidad de paz, la razón humana no tiene más camino, además que el de la esperanza, que el que va hacia adelante. No se puede dar marcha atrás. ¿ Quién puede atreverse a considerar la posibilidad de tomar atajos o cambios de sentido?.
Cuando se acepta iniciar un diálogo se hace sin condiciones previas, sin imposiciones. Cuando se acepta el reto de aliviar el terror se hace con la conciencia y la ley en la mano, sin perdón para los condenados, sin remisión de culpa para el encarcelado. Cuando se dialoga, el asesino sigue siendo lo que es, y su víctima cae en el riesgo y la desgracia de ser aún más víctima. Éste es un riesgo a afrontar pero jamás a permitir, bajo ningún concepto.
Complicada situación la que se nos presenta, larga, de difícil solución, enconada es la palabra. Situación que enfrenta, desune, contenta a algunos y entristece a otros. Humanos todos. Pero todo puede empeorar e indudablemente se hace méritos para ello. La oposición, en su continuo alarde de inteligencia, se niega a buscar la paz, así de simple, con la naturalidad que les caracteriza. Para justificar su posición acusa al estado de aceptar y rendirse al chantaje de los asesinos. Enumérenme en que consiste el chantaje, mi analfabetismo me impide contar y ver más allá. Y resulta ridículo, hasta el absurdo, el alarde de amnesia crónica que les invade cada vez que se les antoja. El anterior gobierno dialogó, cedió al acercamiento de presos y cambió el término de ETA por el biensonante Movimiento Nacional de Liberación Vasco, y todo para lograr el mismo objetivo. Pero eso, mis imbéciles, no es ceder al chantaje, eso se llama mover ficha, mover ficha con el apoyo de los representantes parlamentarios de cuarenta y cinco millones de ciudadanos hambrientos de paz. El chantaje aparece cuando desaparece el apoyo, pero entonces ellos estaban arropados por la oposición, así que no existía tal chantaje. Ahora no es así y la claudicación del estado ante el Movimiento Nacional de Liberación Vasco es un echo, indemostrable, pero un echo. No hay nada más vergonzoso que trabar un proyecto por el simple deseo de ser el firmante del mismo.
Siento el temor, la incertidumbre, el dolor y el rechazo de las víctimas a un diálogo con sus verdugos. Puedo hasta alcanzar la terrible sensación que les invade el pensar tener que dar perdón a lo imperdonable, algo que jamás sucederá. Pero también siento el dolor de la próxima víctima, y me niego a sentir ese dolor. En este proceso solo hay un vencido y millones de vencedores.
Solo quiero levantarme una mañana, mirar por la ventana y saber que no habrá más dolor, solo eso. Concédeme simplemente eso.
Etiquetas: ETA, paz 6 comentarios